Primeros auxilios psicológicos


Es habitual que cuando las personas hablen de “salud” piensen normalmente en el cuerpo y enfermedades. Ese concepto es errado. La salud humana también incluye la vida emocional y la salud mental. No somos sólo cuerpo. Por esa razón es tan importante entender que así como necesitamos primeros auxilios en caso de una situación de emergencia que ha provocado un problema de salud física, es preciso tener primeros auxilios psicológicos en caso de situaciones difíciles con las cuales se enfrenta el ser humano y que podrían eventualmente poner en riesgo la salud mental de la persona.



El psicólogo argentino Diego Oscar Núñez define los primeros auxilios psicológicos como “la ayuda e inmediata intervención que se les ofrece ante la urgencia a víctimas y personas afectadas”. Habitualmente se ofrece en situaciones de crisis inesperadas.

En todos los estudios que se han hecho sobre situaciones críticas e inesperadas que desestabilizan emocionalmente a las personas, se ha probado que los primeros momentos o días son cruciales para que la persona tenga un buen desarrollo posterior. Por ejemplo, un orientador familiar puede ser crucial en el caso de un duelo inesperado. No es lo mismo perder a un familiar por una enfermedad donde la familia de un modo u otro se ha ido preparando para el descenlace final, que enfrentar de manera repentina la muerte de un ser querido, especialmente, si es alguien menor. En ese caso, la forma en cómo se actúe en esos primeros momentos determinará o condicionará la forma en que una persona desarrollará su duelo. Un mal duelo puede traer consecuencias difíciles de afrontar para una persona, al contrario de cuando el duelo se desarrolla en términos normales y sin estridencias emocionales.

La vida de las personas se puede ver alterada de un momento a otro por el suicidio de un familiar, un divorcio, la pérdida repentina de un trabajo, la huida de un hijo/a, el embarazo no deseado de una hija adolescente, una catástrofe natural que altere todo el ciclo familiar, etc. Nadie está libre de situaciones fortuítas, y en ese caso, la intervención en los primeros momentos puede hacer la diferencia en el tipo de vida que la persona enfrentará después de la crisis y en la salud mental que tendrá.

Cualquier persona que se enfrenta a una situación de crisis en la cual nunca antes ha estado se enfrenta a un momento de gran tensión emocional y psicológica. Las crisis tienen el potencial de desestabilizar a cualquiera. Se genera estrés físico y emocional, haciendo que las personas actúen de manera impulsiva o de manera irracional, todo hasta que se puedan generar mecanismos de adaptación que les permitan interactuar de manera sana con lo que les está ocurriendo.

La intervención del orientador, en casos de crisis, en primer lugar tenderá a ayudar para que la persona restablezca su equilibrio emocional y sea capaz de emponderarse emocionalmente frente a situaciones dramáticas.

Estar preparado, por lo tanto es esencial, y saber ayudar es vital. No se trata de “consejos”, sino de intervención, para eso es preciso saber qué se debe hacer, qué se debe decir, qué no es recomendable, qué es lo más efectivo, cómo contener a otros familiares no directamente involucrados, etc. Los primeros auxilios psicológicos pueden hacer la diferencia más adelante en una persona que no sufra secuelas emocionales y alguien que arrastre por largo tiempo las consecuencias de la crisis vivida.

Copyright: Dr. Miguel Ángel Núñez

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